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domingo, 8 de noviembre de 2015

La Colombofilia en Argentina: 127 años de historia

La Colombofilia en Argentina:
 127 años de historia


Argentina, país sudamericano. Viene bien conocer algunos datos de importancia: Este país se independizó de la Corona Española en 1810, fecha similar a la de otros estados del cono sur como Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia.

Actualmente tiene 40 millones de habitantes, distribuidos en su gran territorio de casi 3 millones de km², ¡100 veces el tamaño de Bélgica! Ello implica que su densidad es de 15 habitantes por km², cuando en Bélgica es de 354 personas. Sin embargo, la población argentina se concentra en algunas grandes ciudades, tal es el caso de Buenos Aires, su capital, donde viven 13 millones de habitantes. Le siguen Córdoba y Rosario, con aproximadamente 1,3 millones cada una. Básicamente en el centro del país se concentra gran parte de la población. Allí reina una superficie plana, y un clima que llega a 0ºC en invierno, y a los 35ºC en verano. En los extremos del país, es posible encontrarse con clima subtropical, así como antártico en la Tierra del Fuego. Montañas, glaciares, cataratas y selva son paisajes muy conocidos en Argentina. En cuanto al deporte colombófilo, hay mucho que contar.


El 15 de Agosto de 1886 llegaron en el Vapor Senegal, a Buenos Aires, con destino a la cercana ciudad de Zárate para trabajar en una celulosa los colombófilos belgas Emilio Duvivier y Pedro Van den Zander. Ambos llevaban palomas mensajeras. Desde hace tiempo, por ende, se reconoce esa fecha como la del inicio de la colombofilia argentina. Esto implica ni más ni menos, que en 2013 el deporte en Argentina cumple 127 años.
Poco a poco la actividad fue desarrollándose, primero en Zárate, donde a falta de relojes los aficionados corrían con sus palomas a un punto central donde había jueces, luego en Buenos Aires, y posteriormente se diversificó la afición en ciudades como Bahía Blanca, Rosario, Avellaneda, Santa Fe, Córdoba, Pergamino.

En 1926, el entonces presidente de la nación decidió crear la Federación Colombófila Argentina, bajo la tutela del ejército, vistos los antecedentes europeos del uso de palomas como mensajeras en distintos conflictos bélicos. En esa época aficionados de buen pasar económico, así como el gobierno, importaron palomas belgas y francesas de los mejores orígenes, habida cuenta del alto poder adquisitivo que tenía Argentina respecto al mundo. En esa época, Argentina era uno de los diez países más ricos del mundo.


En 1945, la Federación llegó a tener la mayor cantidad de criadores reconocidos en el país, unos 6.000, que anillaban 120.000 pichones. Era una época de gran actividad colombófila, y con buen desarrollo colombófilo, incluyendo importaciones de palomas de los mejores colombófilos europeos, planes de vuelo con varios concursos de larga distancia, vuelos nocturnos, etc. El tren era el medio de transporte obligado.

ACTUALIDAD

Con el paso de los años la cifra de aficionados fue decreciendo, hasta nuestros días, en que existen en el país unos 2.000 colombófilos. Todos se encuentran afiliados a algunas de las 150 asociaciones nucleadas en la Federación Nacional. El anillamiento anual, ronda las 130.000 unidades.

A la hora de competir, los argentinos optan por organizar sus planes de vuelo durante el invierno y la primavera. Suelen iniciar los concursos en junio y terminarlos en noviembre.


Normalmente, las asociaciones se agrupan en “Circuitos”, y comparten el transporte. Así mismo, llevan a cabo clasificaciones regionales.
Un plan de concursos de un club o asociación en Argentina es similar a como se organizan en Alemania. Utilizan un sistema progresivo, en el cual van incrementando la distancia de los concursos de domingo en domingo. Suelen organizarse “líneas” con distintas orientaciones, de 3 a 4 concursos. El país es tan grande, que las asociaciones pueden efectuar sueltas desde distintos puntos cardinales sin inconvenientes, a excepción de las ciudades costeras. En el caso de Buenos Aires, en algunas oportunidades han hecho sueltas desde Uruguay y Brasil, pero esto actualmente no es factible por restricciones en el paso de palomas por las fronteras.


Cuando llegan al último concurso de una “línea”, inician otra hacia otro punto cardinal. Abundan los concursos de mediofondo, ya que son escasas las competencias de menos de 200 km. Los yearlings compiten hasta unos 500 km, en tanto las adultas, para los campeonatos de las asociaciones, hasta unos 600 km. Para los pichones (que se crían entre agosto y noviembre) no hay concursos. En el último concurso del año de cada categoría, disputan un premio entregado por la Federación, el “Premio Federal”, una estatuilla en forma de soldado, respetando una vieja tradición.



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